El rector Juan Manuel Corchado resalta el “esfuerzo, la superación y la excelencia” en la carrera deportiva del tenista durante su investidura como doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. Por primera vez un deportista recibe el máximo honor que concede el Estudio salmantino en más de un siglo.

El tenista Rafael Nadal, ganador de 22 títulos de Grand Slam, 14 de ellos en Roland Garros, dos medallas de oro olímpicas y cinco Copas Davis, ha defendido el deporte, sus valores y lo que representa para la sociedad, en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca, convirtiéndose así en el primer deportista en recibir el máximo honor que concede en el Estudio salmantino.
A su juicio, recordando las palabras de Nelson Mandela, el deporte “tiene el poder de cambiar el mundo, de inspirar, de unir a las personas como pocas cosas lo hacen, porque habla a la juventud en un lenguaje que entienden, y puede crear esperanza donde solo había desesperación”.
“Hoy, al recibir este doctorado, siento que este reconocimiento es también para lo que el deporte representa en la sociedad. Lo recibo con gratitud, con humildad y con el compromiso de seguir trabajando para que el deporte sea una herramienta de crecimiento personal y social. En un mundo que parece estar en constante división y polarización, creo firmemente que el deporte puede ser un puente, un espacio de encuentro que promueva la convivencia, la cordialidad y el respeto mutuo”, subrayó Nadal.
En su discurso de aceptación del doctorado, el que está considerado como el mejor deportista español de todos los tiempos, resaltó los valores que el deporte puede inculcar a las personas, entre los que destacó la disciplina, la humildad, la resiliencia, la pasión y la ambición, “valores que no pertenecen solo al tenis, ni siquiera al deporte, sino que pueden y deben aplicarse en la vida cotidiana”.
Tras manifestar su “enorme orgullo y gratitud” a la Universidad de Salamanca, institución en la que “desde el siglo XIII el humanismo, el pensamiento crítico, la libertad intelectual iluminó a toda la humanidad”, Nadal precisó que “la verdadera ambición no consiste solo en ganar o en alcanzar un objetivo, sino en superarse cada día sin perder nunca de vista lo que realmente importa: los valores que mi familia me enseñaron desde niño. Una ambición sana donde el fin no justifica los medios”.
En un abarrotado Paraninfo, con más de 180 doctores revestidos, miembros de la comunidad universitaria y autoridades, Nadal consideró que la práctica deportiva debe ocupar “un lugar destacado en los sistemas educativos, porque no solo mejora la salud física, sino que inculca valores que son fundamentales para cualquier profesión y para la vida en sociedad”.
“Espero que mi trayectoria pueda inspirar a otros a luchar por sus sueños, a no rendirse ante las dificultades y a entender que el verdadero éxito no está en el resultado, sino en el camino recorrido, en el esfuerzo, en la actitud y en la forma de afrontar cada reto”, subrayó el tenista de Manacor.

Defensa de los valores
Para el rector Juan Manuel Corchado la incorporación de Rafael Nadal al Claustro de Doctores de la Universidad de Salamanca es “un orgullo” y advirtió que conlleva “una importante responsabilidad para ambas partes, pues al aceptar esta distinción nos comprometemos a defender juntos los valores que usted atestigua: el esfuerzo, la superación y la excelencia”.
El rector valoró las lecciones de “supervivencia y mejora continua” que Nadal ofreció en cada torneo a lo largo de su larga y exitosa carrera deportiva, al tiempo que elogió “su capacidad de renacer con más fuerza” cada vez que la adversidad le puso a prueba.
“Nadal representa la constancia y la excelencia a su nivel máximo, esa excelencia que la Universidad procura alcanzar en todas sus acciones. El camino académico no es fácil, requiere esfuerzo, trabajo y constancia. Usted nos ha enseñado que no hay que conformarse, que siempre podemos conseguir más”, subrayó.
Corchado también tuvo palabras de cariño hacia los miembros de su familia que le acompañaron en el acto celebrado en el Paraninfo, su esposa, hijos, padres y hermana, entre otros. Si Nadal citaba las palabras de Mandela, Premio Nobel de la Paz y primer presidente negro de Sudáfrica, quien consiguió la reconciliación racial, a través del deporte, el rector recordaba las palabras de John Carlin -periodista británico que narró esta emocionante historia en el libro ‘El factor humano’, adaptado al cine por Clint Eastwood en la película ‘Invictus’- dedicó al deportista español: “No se puede separar a la persona del deportista, y la persona es lo primero. Rafa ha tenido éxito porque es una buena persona y está respaldado por una buena familia”.

Por su parte, el decano de la Facultad de Educación y padrino del nuevo doctor, Ricardo Canal. En su laudatio realizó un recorrido tanto por su “incomparable trayectoria deportiva”, pasando por sus múltiples reconocimientos (Premio Príncipe de Asturias del Deporte, Gran Cruz de la Orden del Mérito Deportivo, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, Premio Nacional del Deporte en varias ocasiones), para concluir con su compromiso social, plasmado en programas de educación e inclusión para niños y jóvenes vulnerables (Centros Fundación Rafa Nadal en Palma, Valencia, Madrid o en India), entre otros.
Canal consideró este doctorado, que reconoce en Rafael Nadal valores como la humildad, la resiliencia, la disciplina y el compromiso con los demás, como “una renovación y actualización” de la herencia de la Escuela de Salamanca, poniéndola al servicio de los desafíos de nuestro tiempo: “la lucha contra la desigualdad creciente, contra la segregación de las personas con discapacidad, frente al quebranto de valores fundamentales y al olvido de los derechos humanos que en tantas latitudes se ven amenazados”.
“Esa tradición, que convirtió a Salamanca en faro de humanismo y modernidad, late todavía en nuestra Universidad. Y, de algún modo, también se refleja en el modo en que D. Rafael Nadal ha afrontado su vida y su carrera: con respeto al otro, con un sentido profundo de la justicia y con una defensa de la dignidad, tanto en la victoria como en la derrota. Su manera de entender el deporte, basada en el esfuerzo, la humildad y la entrega es, en sí misma, una forma de reconocer y afirmar la dignidad de la persona”, afirmó.
Finalmente, el rector recordó el mensaje que dirige a sus alumnos y alumnas al inicio de cada curso: «a la Universidad vienen a aprender, pero también a completar su formación como personas». “En esta Universidad tenemos muy presente el espíritu de la Escuela de Salamanca, un faro del humanismo, como ha dicho su padrino, que hoy, siglos después, sigue estando en vigor e ilumina nuestras enseñanzas, porque el conocimiento sin humanismo pierde todo su valor”, apostilló antes de dar por finalizada la ceremonia, que concluyó con el ‘Gaudeamus Igitur’ a cargo del coro universitario.
