Unas doscientas personas se han acercado hasta la plaza del Mediodía para ver arder la pira de palés preparada por el Ayuntamiento con la que celebrar la noche de San Juan. Una noche mágica y enigmática relacionada con el fuego y las energías positivas y negativas. Muchos de esos asistentes han llevado su papel para lanzarlo a la hoguera y desprenderse de esos malos augurios.
Con el riesgo de tormenta rondando con sonoros truenos y el miedo por el riesgo de incendio, la tradicional hoguera se ha desarrollado sin sobresaltos para ir avanzando en la noche más corta del año.
Deseos, miedos, esperanza, sueños y hasta apuntes se ha calcinado en la hoguera, esperando que las malas energías desaparezcan y que los más supersticiosos solamente se queden con lo bueno.
