El Ayuntamiento de Santa Marta ha comenzado la campaña de prevención contra la procesionaria en las zonas con más presencia de esta oruga, que son la carretera de Naharros, la entrada al parque de Valdelagua, La Fontana y la calle Ávila, donde se acumulan un mayor número de pinos. Una campaña que se hace todos los años y que pretende evitar los perjuicios que provoca la presencia de este insecto que se alimenta de esta especie de árboles, perjuicios que van desde daños cutáneos leves hasta reacciones alérgicas severas, tanto en seres humanos como en mascotas.
La concejala de Medio Ambiente, Marta Labrador, ha comentado que «es una campaña que comienza sobre el mes de febrero y que termina en primavera, con varias fases que tienen que ver con la época del año y con el grado de afectación de los árboles. Queremos que los vecinos que frecuentan estas zonas solos o con sus mascotas lo sigan haciendo con absoluta tranquilidad».
Los tratamientos para combatir a esta especie deben hacerse en el momento espec´ífico y antes de que las orugas bajen del árbol, que se produce de abril a mayo. En cuanto a los tratamientos para combatirlas, uno de los primeros pasos es proceder a la revisión de las zonas que se suponen más afectadas para retirar todos los bolsones y nidos que se encuentren, de forma que se destruyen las larvas. En el caso de los árboles de difícil acceso, se instalan unos anillos en los troncos para evitar que las orugas bajen hasta el suelo.
A esta primera fase le sigue el tratamiento de endoterapia para aquellos casos donde la incidencia es mayor. Consiste en inyectar a presión un biocida en el tronco del árbol de forma que se incorpora a su savia natural y llega a las hojas de las que se alimenta la procesionaria del pino. Al introducir el biocida directamente en el sistema vascular del árbol, este se distribuye de forma homogénea. Este tratamiento es totalmente inocuo para las personas.
Más adelante y para evitar la reproducción de este insecto que ya se encontrará en fase adulta, se procederá a la instalación de trampas con feromonas para capturar a los machos. Con esta última intervención finaliza un proceso que comienza en febrero y acaba en primavera y que ha supuesto para el Ayuntamiento una inversión de 1.070 euros.