El Pleno del Ayuntamiento de Salamanca ha aprobado inicialmente el Reglamento Municipal del Voluntariado, para dotar a la ciudad de un instrumento adaptado a los nuevos tiempos y que contribuirá a mejorar aún más la relación entre los salmantinos y su participación activa en la transformación de la sociedad a través de su implicación y compromiso.
De esta forma, el Consistorio continúa canalizando la creciente solidaridad de los ciudadanos con la puesta en marcha de una herramienta que servirá para canalizar nuevas vías de participación social y que refleja, además, el consenso ciudadano en torno a la promoción de la labor altruista del voluntariado y su extensión a toda la ciudadanía.
El Reglamento Municipal de Voluntariado tiene como principal objetivo contribuir a eliminar las barreras y desigualdades que generan situaciones de necesidad en diferentes ámbitos. Al mismo tiempo, promueve una acción transmisora de valores sociales a toda la ciudadanía y establece líneas de coordinación con otras instituciones, servicios y recursos de la ciudad que centren su acción en el ámbito del voluntariado.
El nuevo reglamento orienta su contenido en dos líneas fundamentales: el apoyo a las entidades de voluntariado de Salamanca y el fomento de una ciudadanía activa y comprometida. Así, define el voluntariado como el conjunto de actividades de interés general desarrolladas por personas físicas, siempre que tengan carácter solidario, su realización sea libre, se ejecute fuera del ámbito de una relación laboral o de cualquier otro tipo de relación retribuida, se lleve a cabo sin contraprestación económica y material, y se desarrolle a través de entidades de voluntariado con arreglo a programas concretos.
Al mismo tiempo, concreta las actividades de voluntariado, qué se entiende por persona voluntaria y por persona destinataria de la acción voluntaria, las entidades de voluntariado y los derechos y deberes de las personas voluntarias. En este último apartado, destaca el derecho a ser tratadas en condiciones de igualdad, sin discriminación, respetando su libertad, identidad, dignidad y los demás derechos fundamentales reconocidos en los convenios, tratados internacionales y en la Constitución Española. Además de estar cubiertas, a cargo de la entidad de voluntariado, de los riesgos de accidente y enfermedad derivados directamente del ejercicio de la acción voluntaria.
En cuanto a los deberes, el reglamento destaca el respeto y cuidado por los recursos materiales que ponga a su disposición la entidad de voluntariado, así como cumplir las medidas de seguridad y salud existentes.
Salamanca, una ciudad solidaria
El estudio ‘El voluntariado en Salamanca y su situación frente al Covid-19’ realiza una completa radiografía del voluntariado en la ciudad para ayudar a diseñar desde el Ayuntamiento las líneas estratégicas y de actuación.
Tras llevarse a cabo un cuestionario telefónico con 114 entidades sociales y 12 entrevistas en profundidad a actores sociales con un alto grado de conocimiento del tejido asociativo salmantino, la principal conclusión es la creciente solidaridad de los ciudadanos. Con fecha de marzo de 2020, en Salamanca había 4.743 voluntarios activos, en torno a un 50% más que en 2016, cuando realizó un estudio similar sobre el voluntariado en la ciudad. Por su parte, la cifra de socios se sitúa en 19.913.
El tejido asociativo de Salamanca es disperso y heterogéneo. El 24% de las entidades tienen entre 10 y 25 voluntarios activos, y el mismo porcentaje aquellas que oscilan entre 26 y 50 voluntarios. Respecto al número de socios, las entidades micro son las más frecuentes, pues el 53% tienen menos de 30.
El estudio también refleja el número de personas voluntarias dependiendo del ámbito de actuación al que pertenezca la entidad con la que colaboran, teniendo en cuenta que alguna desarrollan su actividad en varios ámbitos. La mayoría lo hace en los ámbitos social, educativo y sociosanitario, con un ámbito de actuación local y provincial, siendo los principales colectivos beneficiados los adolescentes, las personas con discapacidad y las personas mayores.
Respecto al perfil del voluntariado, el 52% tienen entre 18 y 35 años, el 73% son mujeres y el 73% permanecen más de un año prestando su colaboración de forma continuada. Para favorecer esta situación, el 71% de las entidades tiene un Plan de Gestión del Voluntariado, el 94% una programación de actividades y el 80% una evaluación de procesos.
En cuanto a las tareas que desempeñan los voluntarios, destacan la sensibilización social y la elaboración y desarrollo de campañas. La formación básica y la formación específica orientada a una determinada tarea son impartidas por más del 70% de las entidades salmantinas, contando para ello con espacios y aulas, además de acuerdos de colaboración con otras entidades.
También cabe destacar el incremento del voluntariado virtual debido a las consecuencias de la pandemia en cuanto a restricciones de movilidad y limitación del número de personas en un lugar. Así, se ha producido un importante aumento del uso de canales que posibilitan las nuevas tecnologías, principalmente para formación e información.