Los más pequeños de 3 a 12 años de Villares han cumplido con la tradición de la rotura de los pucheros el último día de las fiestas, que han conseguido romper los 600 pucheros en menos de dos horas.
Tras degustar el desayuno a base de chocolate con churros, niños y papás han formado una larguísima cola que desde la plaza de La Fuente daba la vuelta a la plazuela de Los Cocos, para esperar su turno y, con la colaboración del Grupo Scouts Berenguela, han demostrado su fuerza y habilidad para dar al puchero de barro con los ojos tapados y llevarse la recompensa de las chuches que llenan cada vasija.
Esperando a la sombra para evitar el intenso calor de la mañana, las familias han esperado animando a los niños que iban pasando a romper el puchero, en una mañana en la que el color, el buen ambiente y la diversión han vuelto a ser protagonistas de la jornada festiva.