El verano llega a Salamanca con con el colorido de las más de 40.000 plantas de flor que el Ayuntamiento de Salamanca volverá a plantar para introducir la naturaleza en entornos urbanos y contribuir así a una ciudad aún más saludable y a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, y por tanto con una mayor calidad de vida.
Así lo ha presentado la concejala de Medio Ambiente, Parques y Jardines, Miryam Rodríguez, con una actuación que se llevarán a cabo durante las próximas semanas en toda la ciudad. La más destacada son las 5 torres florales que se vuelven a instalar en la Plaza del Liceo y la calle Zamora, con unas 200 plantas cada una, tras el éxito de aceptación el año pasado entre salmantinos y turistas, que convirtieron esta zona en un colorido ‘photocall’.
En segundo lugar, las jardineras columnares en las farolas de las calles Toro y Zamora se extienden a otras quince zonas de la ciudad, para un total en torno a 150 unidades: Plaza del Campillo, Plaza de Colón, Plaza del Mercado, Plaza de las Agustinas, Plaza del Empresario, Plaza de Gabriel y Galán, Plaza de España, calle Prior (entre Íscar Peyra y Bordadores), calle Gütemberg, Avenida de París, Avenida de Federico Anaya, Avenida de Villamayor (junto al Centro de Convivencia Victoria Adrados), Avenida de los Cipreses (junto al Parque de los Gozos y las Sombras) y Paseo del Rollo (junto al Parque Picasso). Además, se incluirán vivaces de flor en jardineras de piedra de las calles Toro y Zamora para reforzar su efecto ornamental.
A su vez, está en marcha el plan anual de reposición de planta de flor de temporada, que incluye un total de 30 áreas en parques, medianas, rotondas y plazas de toda la ciudad de diversas especies como petunia, gitanilla, tagete y begonia, entre otras.
Rodríguez ha destacado los beneficios medioambientales que conlleva esta actuación, pues los elementos vegetales contribuyen a limpiar aún más el aire, eliminan el humo y los patógenos, y aportan humedad en el ambiente, por lo que disminuye la cantidad de polvo y partículas, además de reducir los ruidos y el efecto ‘isla de calor’, y proporcionar un aroma fresco y natural. Al mismo tiempo, las nuevas zonas florales permitirán que las calles luzcan más ornamentales en un momento de reactivación del sector turístico y alegrarán la imagen de la ciudad tras las consecuencias de la pandemia de Covid-19.