Alegría y felicidad son los sentimientos que irradian las mujeres encargadas del ropero de Cabrerizos. Siempre dispuestas a ayudar y mostrar su espíritu solidario y más en estos momentos en que la crisis ha acrecentado las necesidades de la población.
El servicio del ropero de Cabrerizos ha reabierto sus puertas después de un año y que devuelve el sentido a la labor que realizan de atención y ayuda a los más desfavorecidos. Con todas las medidas de seguridad y un protocolo establecido para la prevención de contagios y solamente con cita previa tras realizar la correspondiente solicitud, la Asociación de Mujeres prepara y elabora los lotes con las prendas necesarias para cada grupo familiar en función de las edades, que después entregan en la fecha fijada por teléfono a la puerta de la sede a los beneficiarios.
Entre jerseys, blusas, camisetas, pantalones, chaquetas, vestidos, abrigos, además de trajes de comunión, de novia y numerosos juguetes, todo bien organizado y distribuido por tallas y repartido por secciones de niños, hombres y mujeres, Paci, Isabel, Yolanda, Marga y Amalia trabajan sin descanso y con ganas «en un momento que se hace más necesario que nunca», aseguran, ya que ahora ha aumentado la demanda y, además de los habituales, sobre todo inmigrantes, cada vez más son familias afectadas por la crisis provocada del covid, que se han quedado sin trabajo o están en ERTE, las que solicitan esta ayuda. Ayuda que se hace con todas las garantías y discreción para que nadie se sienta incómodo.
La solidaridad vecinal sigue llenando el ropero como un gran almacén o tienda de “ropa buena y en buen estado”, lo que hace que haya productos suficientes para abastecer a la numerosa demanda que acude a este servicio, en el que se solicitan prendas para todos los miembros de la familia, especialmente la ropa de niño y bebés. Pedidos a los que suman una bolsita con juguetes o algún detalle para arrancar las sonrisas de los pequeños. Las mujeres del ropero de Cabrerizos son un referente, ya que es una labor que llevan desarrollando desde hace casi 30 años para atender las necesidades que hay, “cada vez más y es una lástima que haya estado cerrado un año con la falta que le hace a la gente”.