‘La Cogorza’: una peña de reencuentros, risas y cero dramas

La peña ‘La Cogorza’ lleva años siendo parte del alma joven de las fiestas de Santa Marta. Hace más de una década, este grupo de amigos se conoció a raíz de que sus respectivos padres eran amigos: «Ellos tenían una peña de la que formábamos parte y, llegado el momento, decidimos crear la nuestra propia”, explican. El nombre nació de una tarde cualquiera, entre risas, buscando algo gracioso: «Alguien habló de la cogorza, refiriéndose a la resaca del día siguiente a la fiesta. Hizo gracia y nos quedamos con ese nombre», cuentan.

Siempre han sido entre 7 y 9 integrantes, dependiendo del año, pero con un grupo muy estable. «Si uno trae a un amigo, ya somos uno más. Pero normalmente somos los mismos de siempre». Aunque ya no todos viven en el pueblo, aprovechan cada oportunidad para volver y reunirse. Durante el año, actualmente suelen quedar en el ‘Dirdam’. En cambio, mencionan con nostalgia al bar ‘Mi Niño’, que, antes de que cerrase, solía ser la sede oficial de la peña.

Cuando se les pregunta por su seña de identidad, hablan de que no les gusta tener “malos rollos” con nadie: «Nos encanta disfrutar de las fiestas y pasarlo bien. Además, no somos de broncas», explican.  Tienen sus propias tradiciones, como salir a comer el día del pregón, celebrar juntos la fiesta de San Blas o apuntarse al Grand Prix algún año.

En cambio, lo que más les define es lo que más disfrutan: las verbenas, los tardeos y el momento del chupinazo con la charanga: «Lo que más nos gusta es el pregón. Ahí estamos todos, empiezan las fiestas, y se respira el ambiente de verdad».

Para ellos, las fiestas significan reencuentro y amistad. «Aunque trabajemos fuera, siempre intentamos coincidir esos días. Son dos o tres días de estar todos juntos y disfrutar a lo grande». Cuando se les pregunta por si cambiarían algo de estos días, su respuesta es clara: «En realidad están muy bien como están, hay actividades para todo el mundo. Es verdad que meteríamos algún concierto más para animar a la gente, pero nada más. Nos parece que las fiestas están muy bien pensadas para adultos, jóvenes y niños».