La historia de ‘Jamaica’ empieza entre risas. En 2005, un grupo de amigos de toda la vida, que jugaban juntos al fútbol, decidió formalizar su vínculo con una peña.En cuanto al nombre, este no fue nada planificado: «Un día de fiesta, alguien lo propuso entre risas y nos gustó”. Así, demuestran que no todo lo duradero debe ser organizado: “Todo surgió de un día para otro y ya llevamos 20 años juntos», detallan con orgullo.
Aquellos 17 chavales que iniciaron la aventura hoy siguen en su mayoría conectados, aunque la vida haya llevado a algunos fuera del pueblo o a formar una familia en otras ciudades. Por ello, reconocen que actualmente se han reducido a algo más de una decena de miembros. En cambio, ha llegado una nueva generación para llenar ese vacío. Ahora, varios de sus miembros tienen hijos que ya forman parte de la historia: «Los peques se llevan pocos años entre ellos. Por eso, todo el grupo está muy unido». Así, explican el orgullo que les provoca ver que, lo que nació como un grupo de amigos que jugaban al fútbol juntos, ahora se ha convertido en una familia.
Esa familia, a pesar de las complicaciones que pueden encontrar durante el resto del año, cada mes de julio se reúnen como si el tiempo no hubiera pasado: «Desde la celebración de la Virgen del Carmen hasta el último día, estamos juntos. Es nuestra cita sagrada».
El premio a una vida de peña: “Es lo más bonito que podemos hacer”
Para celebrar sus dos décadas de vida, este año tres miembros de ‘Jamaica’ cumplirán un sueño que llevaban años persiguiendo: ser los encargados de lanzar el chupinazo. De esta manera, Borja, Sergio y ‘Garcy’, los miembros más veteranos de la peña, subirán al balcón del Ayuntamiento para dar el inicio oficial a las fiestas. «Ver a todo el pueblo unido abajo y sentir esa energía, es algo que nos ilusiona mucho. Creemos que es lo más bonito que podemos hacer en las fiestas de nuestro pueblo», explican emocionados, agradeciendo también al Ayuntamiento de Santa Marta «por habernos dado esa oportunidad».
Además de veteranos, pioneros
La ‘Peña Jamaica’ no solo ha sido testigo del crecimiento de las fiestas de Santa Marta durante 20 años, sino que también ha sido una de las encargadas de sacar adelante propuestas que, hoy en día, son imprescindibles durante estas fechas. Una de estas iniciativas es el conocido ‘Campamento Krusty’ en el que este grupo fue protagonista desde el principio. Junto a otra peña, fueron los encargados en hablar con el Ayuntamiento y colocar por primera vez en 2014, una caseta en el pueblo durante las fiestas. «El primer año fuimos dos. Al siguiente, siete. Una década después, somos 47», comentan orgullosos.
Fue en una noche cualquiera, con una cerveza en la mano, cuando surgió por casualidad el nombre de ‘Campamento Krusty’. Hoy, todo el mundo se refiere así al corazón festivo del pueblo. «Ver a todo el mundo unido en fiestas y saber que nosotros tenemos algo que ver es muy emocionante. Nos enorgullece haber sido parte de ese nacimiento. Ver cómo ha crecido todo esto te da una alegría inmensa».
Por otro lado, ‘Jamaica’ también ha sido una peña activa e incluso organizadora en cuanto a eventos. De hecho, fueron también los primeros en participar en el Grand Prix de Santa Marta y de los últimos en montar torneos como el de globos de agua, tartas y huevos. “Era precioso ver cómo adultos y niños se lo pasaban tan bien juntos. Nos gustaría que ese tipo de cosas volvieran”. Aunque ahora no participan tanto en concursos ni torneos, siguen presentes en todo, pero desde otro plano. «Ahora la ilusión y la forma de vivir las fiestas ha evolucionado», explican.
«Démosle color a las tardes«
Para la Peña Jamaica, una de las cosas que más falta hace en las fiestas de Santa Marta es recuperar el ambiente y los colores durante las tardes. «Nosotros sí que salimos por la tarde, nos gusta ir de bar en bar, sentarnos, hablar de nuestras anécdotas y recordar cosas que nos han pasado juntos en Santa Marta. No somos de hablar de política ni cosas que no nos aportan. Somos de momentos», explican.
Lo que más echan de menos es ver camisetas de colores por la calle a las cinco de la tarde. «Ahora sales por Santa Marta por la tarde y no parece que haya fiestas. No ves color. Solo se empieza a ver ambiente a partir de las 20:00 horas». Por ello, hacen un llamamiento a las peñas del pueblo para que se animen a salir a la calle antes: «Démosles color a las tardes».
Reivindican que las fiestas también son por la tarde, que hay que salir, juntarse, dar vida a los bares del pueblo, «que son muy buenos». Así, según explican, la gente de fuera podrá ver que Santa Marta también está viva antes de la verbena. «No todo son vaquillas ni discoteca móvil. Falta que se note el ambiente de Santa Marta desde el mediodía», reclaman.
“Santa Marta ha crecido mucho”
Si hay un momento favorito, lo tienen claro: el pregón. «Es el día más emocionante. Es cuando te das cuenta de que todo empieza. Es la tarde en la que todo el pueblo sale a la calle». Recuerdan cómo los primeros pregones los veían desde una casa baja frente a uno de los bares del pueblo. Además, cuentan que la forma de vivir el pregón ha cambiado: «Éramos poquísimos. Hoy no cabe un alfiler. Pero sigue teniendo esa magia que hace que se te pongan los pelos de punta», cuentas, añadiendo que Santa Marta «ha crecido muchísimo en juventud, en vitalidad y, también, en buen ambiente». Con esta última reflexión, hacen referencia a que, hace una década, había muchas más discusiones entre peñas: «La gente ahora está mucho más unida«.
Dos décadas después, Jamaica no es solo una peña. Es un punto de encuentro, una forma de disfrutar de las novedades del presente mientras se recuerda el pasado. Y aunque los tiempos hayan cambiado, ellos lo tienen claro: ‘Jamaica’ seguirá montando caseta, reuniéndose en julio, y celebrando las fiestas de su pueblo.