‘Zona Zero’, una peña conocida por ser una de las pioneras de este espacio, celebra este verano 19 años de trayectoria. Sus integrantes, ahora con edades entre los 30 y 38 años, comenzaron su andadura como un grupo de amigos de diferentes barrios del pueblo: algunos de Cañamares y otros de la zona de la Bajada del Río. La llegada al instituto amplió el círculo, y con él surgió la idea de formar una peña: no solo para las clases o las tardes de cualquier día, sino para tener algo común que los uniera durante las fiestas.
En sus inicios llegaron a ser 35 personas. Hoy, aunque el número se ha reducido a unos 15 integrantes activos, mantienen el contacto. En fiestas suelen juntarse alrededor de 10, ya que algunos viven fuera. Aun así, el vínculo sigue intacto y cada vez que pueden juntarse todos, aprovechan la ocasión. «Somos los amigos de toda la vida», explica este grupo que, aunque no todos pueden estar siempre, se mantienen unidos: se visitan, se reencuentran, y, para los que pueden acudir, las fiestas son un imprescindible del verano.
Del «te quiero mucho» al «empezar de cero»
Antes de ser ‘Zona Zero’, su primer intento de nombre fue más accidentado de lo previsto. Se llamaban ‘Todos Komo Motos’, pero el acrónimo, ‘TKM’, que también puede leerse como «te quiero mucho«, acabó siendo motivo de bromas entre el resto del municipio: «Nos empezó a vacilar todo el pueblo, por lo que decidimos empezar de cero«. Con este propósito y tras pensar varios nombres, surgió ‘Zona Zero’, apelativo con el que siguen identificándose casi dos décadas después.
Noches largas, días tranquilos
A diferencia de otras peñas más activas durante el día, Zona Zero tiene clara su identidad: viven las fiestas por la noche. Salen al atardecer y vuelven de madrugada, dejando el día para descansar. Además, reconocen que «ahora ya no hay tantas actividades como antes». En su momento organizaron torneos como los de triples o los de fútbol, e incluso participaron en concursos como el de Míster y Miss Santa Marta o el ‘Grand Prix’, una competición que continúa, con diferentes pruebas que integran también a algunas vaquillas. En cambio, con el paso del tiempo y las modificaciones en la programación, decidieron «dar paso a las nuevas generaciones».
Eso sí, si hay un momento que destaca por encima de todos, es el chupinazo, con su correspondiente desfile de peñas. Lo señalan como el instante que reúne a todo el pueblo con charanga, disfraces y ambiente festivo. En él, ‘Zona Zero’ siempre ha participado: se han disfrazado de futbolistas, personajes de ‘La casa de papel’, del payaso Krusty y mucho más. «No me acuerdo ya de todos», dice entre risas uno de los integrantes.
Una historia muy ligada al ‘Campamento Krusty’
Este último disfraz hace referencia a uno de los logros más importantes de la peña ‘Zona Zero’, ser una de las pioneras del ‘Campamento Krusty’, recinto que hoy este año cumple su récord acogiendo a 47 casetas de diferentes grupos durante las fiestas. Según explican, todo comenzó en el año 2015, cuando llegó una ordenanza municipal que complicaba mantener los locales tradicionales de ocio, obligándolos a convertirse en asociaciones. Ante la complicación que se presentaba, varias peñas que tenían local llegaron al Ayuntamiento con una propuesta: «¿Y si en vez de estar desperdigados, nos dan un espacio común para montar nuestras propias casetas?»
Así nació el embrión del campamento, que en sus orígenes albergó únicamente cinco peñas: ‘Trink2’, ‘Vicia2’, ‘Despeñados’, ‘Jamaica’ y ‘Zona Zero’. La idea del nombre vino de ellos mismos, ya que el recinto se convirtió en un espacio donde jugaban al pañuelo, traían guitarras u organizaban actividades diversas. En este contexto, uno de los presentes asoció ese ambiente con el ‘Kampamento Krusty’, haciendo referencia a la mítica serie ‘Los Simpsons’.
De aquella iniciativa informal, el espacio fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy: un referente festivo que este año se acerca a las 50 peñas con caseta. Así, ‘Zona Zero’ ha estado desde el principio, y año tras año siguen apostando por seguir con la caseta por una sencilla razón: «Conseguir un local en Santa Marta es complicadísimo, y también mantenerlo cuando cada uno vive y trabaja fuera». Por eso, alquilar la caseta, reunirse una semana y disfrutar sin complicaciones les parece «la opción más común y más práctica».
Las fiestas: lo más esperado del año
Tal y como se puede intuir, para los integrantes de Zona Zero, las fiestas de Santa Marta no son solo una tradición, son el centro del año: «Nuestro pueblo es nuestro mundo. Por eso, trabajamos todo el año para esto. Pedimos vacaciones para poder estar esa semana y media con los amigos», cuentan. Porque, aunque la vida cambie, ‘Zona Zero’ sigue viviendo las fiestas de Santa Marta como el momento para volver, reencontrarse y disfrutar como antes.