El Recinto Ferial afronta la jornada del sábado con la llegada de miles de visitantes con ganas de recorrer las calles y los diferentes espacios de la Feria Salamaq. Desde primera hora los vehículos comenzaban a completar el aparcamiento y a mediodía ya había un gran ambiente que rozaba el lleno. Una jornada en la que el buen tiempo ha acompañado para que tanto los curiosos como los profesionales disfrutaran de los animales de pura raza, las subastas, los concursos, las exhibiciones, la maquinaria y la gastronomía y las degustaciones.
Los perros de la Policía Nacional y sus impresionantes habilidades y adiestramiento han conquistado a los asistentes que han presenciado el espectáculo en el anillo de exhibiciones rozando el lleno. Numerosos grupos de personas examinaban las potentes y descomunales maquinarias agrícolas como tractores y cosechadores para conocer las últimas novedades del mercado o para regatear los precios que permitan incorporarlas a las explotaciones.
Público familiar con una gran presencia de los más pequeños en las diferentes naves de ganado para contemplar con asombro las enormes hechuras y la impresionante morfología de los toros charoleses o limousines, la seriedad y generosa cornamenta de los ejemplares de raza morucha, el continuo alboroto de la nave avícola, los tranquilos cercos ibéricos o las camadas de corderos de los que siempre están pendiente, vara en mano, los mayorales.
Y la gastronomía ha demostrado ser uno de sectores más buscados y visitados por los asistentes a Salamaq. La nave agroalimentaria ha registrado un continuo trasiego, teniendo que cerrarse momentáneamente para controlar el aforo de todos los que buscaban el pan recién horneado, el aceite de oliva virgen, el queso más cremoso y de alta calidad, las rosquillas o sobaos pasiegos o el bocata de jamón de hacer la primera parada y coger fuerzas.