Los vecinos de la pedanía de Coquilla de Huebra, un territorio de una veintena de habitantes perteneciente al Ayuntamiento de Berrocal de Huebra, denuncian el “abandono histórico” del camino que conecta la carretera SA-210 con el núcleo urbano, un tramo de 2,3 kilómetros que sigue siendo de tierra y que, según afirman, afecta tanto a la vida diaria como al atractivo del pueblo en verano.
Javier Martín, vecino de la localidad, asegura que el problema se arrastra desde hace décadas y es incómodo durante todo el año: “En invierno, los baches, el barro y las bolsas de agua complican el tránsito; mientras que, en verano, el polvo se convierte en un problema constante para quienes entran y salen del pueblo en coche.”, apunta Martín, quien añade que, en este sentido, la suspensión y los bajos de los vehículos también se resienten.
El vecino critica que la única medida adoptada sea el vertido de gravilla, un parche que, según asegura, este año ni siquiera se ha aplicado. «Lo han traído en Semana Santa y todavía no se ha echado sobre el camino», lamenta. El deterioro, añade, se ve agravado por el uso continuado del camino por camiones de gran tonelaje que abastecen a parcelas ganaderas de la zona: “Eso repercute en el mal estado del camino, ya de por sí malo», sostiene.
Ta y como apuntan desde la pedanía, situación afecta incluso a servicios básicos como el reparto de correspondencia o el suministro de alimentos. Según Martín, diversas empresas de reparto han dejado de acceder a la pedanía por miedo a que los vehículos sufran daños: “Solo sube el panadero por hacernos un favor, y otro trabajador que trae alimentos se queda en la entrada del camino, obligándonos a bajar nosotros con el coche», denuncia.
Los vecinos critican también la falta de compromiso institucional. Afirman que el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Castilla y León y el Estado han rechazado sus demandas alegando la escasa población de la pedanía. «Dicen que no merece la pena asfaltarlo porque hay poca gente en el pueblo», señala Martín.
Sin embargo, recuerdan que en verano la población se multiplica con la llegada de familias y visitantes: «Cada vez viene más gente con hijos y nietos a pasar el verano y se encuentran con el mismo problema del camino año tras año», añade el vecino, que insiste en que esta situación afecta al atractivo turístico y al futuro de la pedanía.
Por último, Martín apunta incluso a posibles vías de financiación. Según afirma, existen fondos europeos destinados a la mejora de las redes viarias, que podrían ser aprovechados para solventar el problema. Finalmente, lanza un llamamiento a las administraciones para que la situación no se prolongue más tiempo: «Necesitamos una solución definitiva».