El inmueble, aún en construcción y con una inversión de 6 millones de euros, estará integrado por cuatro unidades de convivencia de ocho plazas cada una, más una unidad de primera acogida, y estará dotado de un ambiente hogareño para garantizar la calidad de vida de los 32 menores y fomentar su desarrollo personal.
La vicepresidenta de la Junta de Castilla y León y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha visitado esta mañana las obras del nuevo centro residencial para la protección de menores en situación de desamparo ‘Los Molinos’, que se está construyendo en Salamanca bajo el nuevo modelo de atención residencial a la infancia basado en el sistema de unidades de convivencia. Con capacidad para 32 menores de entre 8 y 17 años, va a sustituir al actual centro del mismo nombre, que cuenta con idéntico número de plazas, y se pondrá en funcionamiento, previsiblemente, a principios del próximo año.
El coste total de estas instalaciones es de cerca de 6 millones de euros —5,5 millones para las obras y 450.000 euros para el equipamiento—. Un espacio que da respuesta a las necesidades de acogimiento de los niños y jóvenes que, por diversos motivos, se encuentran bajo el sistema de protección a la infancia de la Junta de Castilla y León. De hecho, si bien este acogimiento residencial es una forma de proteger a estos menores tutelados por la Administración autonómica, que los atiende de manera integral y cubre todas sus necesidades vitales, Isabel Blanco ha explicado que se trata de una «medida de carácter subsidiaria y que el objetivo es que permanezcan en estos espacios el menor tiempo posible, ya que la prioridad es dotarles de una familia, especialmente en lo que respecta a los que tienen menos de 6 años».
El nuevo centro ‘Los Molinos’ de Salamanca se organiza en las denominadas unidades de convivencia, estancias reducidas de ocho plazas cada una, en las que los jóvenes se distribuyen en función de la edad y de sus circunstancias personales. En ellas, se configuran ambientes asimilables a un hogar particular, y el propósito es normalizar la vida de los menores en situación de desamparo, promover su desarrollo personal, fomentar su autonomía, mejorar su calidad de vida y facilitar su integración social. Por tanto, un ambiente doméstico, más cálido y que fomente la convivencia y el intercambio, es el entorno ideal para lograr tales objetivos.

El edificio, cuya obra se ha financiado con fondos Next Generation-EU, está estructurado en tres módulos independientes pero conectados entre sí. En el primero, de una planta, se ubica la unidad de primera acogida con capacidad para cuatro menores, diseñada para estancias cortas. Mientras, en los otros dos volúmenes se ubican los cuatro hogares-unidades de convivencia, dos por cada módulo. Cada una de estas unidades está integrada por cuatro dormitorios individuales —con pequeñas terrazas compartidas cada dos habitaciones— y dos dobles, los cuales tienen salida a un espacio exterior conectado con la sala de estar. Uno de los dormitorios individuales es totalmente accesible y cuenta con baño propio. En definitiva, se trata de cuatro viviendas ubicadas en un centro residencial de menores.
La parte exterior del inmueble está compuesta por un área de jardines y una pista deportiva, a las que se puede acceder desde cada unidad de convivencia. El edificio tiene la calificación energética A, al ser plenamente eficiente y sostenible. Este nuevo centro contará con el mismo número de trabajadores que el que aún funciona, 37, de los que 19 son de atención directa.
Actualmente, el equipamiento de las instalaciones se encuentra en proceso de licitación por un importe de 450.000 euros. Mediante esta inversión, se adquirirán todos los muebles y enseres necesarios para dotar a ‘Los Molinos’ de un ambiente hogareño en el que residen niños y jóvenes.
Permanente mejora de la red de centros de protección a la infancia
La necesidad de construir un nuevo centro en la ciudad de Salamanca no ha evitado que la Junta haya continuado invirtiendo en el que aún está en funcionamiento, con el objetivo de garantizar la máxima calidad de vida a los menores que allí residen. Por ello, y también parcialmente con cargo a los fondos europeos, se creó una unidad de convivencia por 175.000 euros.
Precisamente, de los 15,8 millones que la Comunidad Autónoma ha recibido de los fondos Next Generation-EU para la protección a la infancia, 12 millones están yendo destinados a la mejora de los centros residenciales y de atención a este colectivo. De este modo, se han ido acometiendo obras de remodelación para adaptarlos al nuevo modelo de atención, pero también modernizando sus equipamientos y digitalizando sus espacios con fines educativos y de comunicación. Se han llevado a cabo intervenciones en ocho centros de Ávila, Burgos, León, Valladolid y Salamanca.
La primera opción es el acogimiento familiar
La convicción de la Junta es que la familia es el mejor entorno y el medio más natural para un menor. Por ello, aunque el acogimiento residencial es, en muchas ocasiones, el adecuado y totalmente necesario, dotar de un hogar a los menores protegidos es la prioridad. Así lo ha manifestado la vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades.
El pasado año, la Junta tuteló a 1.776 menores. De los 1.489 acogimientos que se produjeron, más de la mitad, 748, se dieron en una familia. En la actualidad, 903 menores protegidos y tutelados —107 en la provincia salmantina— residen en los 81 centros existentes en Castilla y León, de los cuales 10 están en Salamanca. Mientras, el número total de niños y jóvenes que se encuentran en acogimiento familiar es de 624 —43 en Salamanca— y 122 en guarda con fines de adopción —8 en territorio salmantino—.
Junto a los acogimientos familiares permanentes, el área que dirige Isabel Blanco puso en marcha las estancias temporales, dirigidas a menores que residen en los centros residenciales y que aún no tienen una familia de manera continua. Estas estancias pueden ser vacacionales de entre una semana y dos meses o por curso escolar. De este modo, los menores residen en un hogar familiar y no se desvinculan de su centro, manteniendo activas las dos alternativas. Estas vacaciones de verano van a disfrutar de estas estancias un total de once niños en nueve familias, uno de ellos en Salamanca.