Cabrerizos celebra este domingo una de las fiestas más esperadas de su calendario con la festividad del Corpus Christi, que reúne a vecinos, familias y autoridades en una jornada cargada de fe, tradición y sabor. Desde primeras horas del mediodía, el pueblo se prepara para vivir una jornada especial en la que cada detalle se cuida con esmero y cada gesto comunitario suma a una celebración profundamente arraigada en la vida local.
A las 13:15 horas comienza la solemne eucaristía en la iglesia parroquial de San Vicente Mártir, oficiada por el párroco D. Roberto Ruano Estévez, que preside una ceremonia cargada de recogimiento y emoción. Al término de la misa, arranca la tradicional procesión del Santísimo Sacramento, que recorre las calles del municipio bajo el palio sostenido por seis personas. El sacerdote avanza revestido con ornamentos blancos y dorados, portando la custodia, seguido por las autoridades municipales, los niños y niñas que han hecho la Primera Comunión este año, así como por familias y numerosos vecinos que se suman al cortejo.
La calle Labradores, engalanada con ramos y tomillo, se convierte en el escenario central del recorrido hasta llegar a la Plaza del pueblo, donde aguarda un altar levantado para la ocasión y decorado con vistosas telas y flores. Esta labor ha sido realizada por la Asociación de Mujeres de Cabrerizos con la colaboración de vecinos que han contribuido con aportaciones florales. Allí se vive uno de los momentos más emotivos del día, cuando el sacerdote procede a bendecir a los niños nacidos este año, acompañados por sus padres, en una escena que resume la fuerza simbólica y comunitaria de la festividad. Durante toda la celebración, el tamborilero local, Bernardo Pérez, acompaña con su música tradicional, aportando el alma sonora a una mañana que combina solemnidad y alegría.
