Manuel Hernández, el nombre propio de la Biblioteca Municipal de Villamayor desde hace 25 años

Manuel Hernández en las instalaciones de la Biblioteca Municipal de Villamayor.

Modesto y apasionado, que vive su profesión día a día, no como la obligación de un trabajo, sino como la oportunidad de compartir su sabiduría y sus conocimientos literarios con los usuarios convertidos en amigos. Es Manuel Hernández Leal, que este mes de abril hace 25 años que llegó a Villamayor y se ha convertido en el nombre propio de la Biblioteca Municipal y en un referente para los vecinos del municipio.

Disfruta con esa cercanía de niños, jóvenes y mayores que se acercan a la Biblioteca no solo a llevarse libros en préstamo, sino a pedirle consejo sobre lecturas, títulos o simplemente a charlar y compartir un rato con él. Manuel Hernández celebra sus Bodas de Plata como bibliotecario con la satisfacción de haber creado una comunidad en la que la cercanía y la confianza les han convertido en una gran familia, de la que niños y mayores acuden de manera habitual a la biblioteca como su segunda casa.

-25 años, prácticamente la mitad de tu vida llevas aquí trabajando en lo que más te gusta. ¿Cómo has vivido estos años en la Biblioteca de Villamayor?

-Destaco que hace 25 años empezamos prácticamente de la nada y 25 años después, entre todos, porque no es una labor solo del bibliotecario sino de participación y compromiso de toda la población y centros escolares, hemos conseguido que todos se hayan apropiado de la Biblioteca

Ese es el éxito más importante que tenemos, que la Biblioteca se entienda como un espacio propio, de confianza, en el que pueden estar más allá de las propias labores bibliotecarias pueden contar con ella y ese afianzamiento de una institución durante 25 años, yo creo que ese es el éxito, que es colectivo, es de los usuarios, que es lo más importante.

-Aunque no quiere otorgarse méritos y reconocer su peso en el funcionamiento de la Biblioteca como alma mater de la misma, su figura es el pilar para haber conseguido atraer y mantener ese vínculo con la población cada vez más estrecho después de 25 años.

-Siempre lo enfoco desde el punto de vista colectivo, porque si no es un fracaso, sería la biblioteca de Manuel y eso no funciona. Yo trabajo solo de cara a la gente, pero eso no es justo, porque detrás de una institución hay muchas personas detrás. El trabajo de la biblioteca es la promoción del libro y la lectura, es nuestro principal cometido y esa apropiación del libro y la lectura es lo que en sí es el éxito del funcionamiento de la biblioteca, pero no es de una persona, hay que buscar complicidades para lograrlo, y cuando se tienen esas complicidades es cuando nos sale una sonrisa y decimos todos: la biblioteca funciona.

Si no entendiésemos la biblioteca como un espacio vivo, más allá de los libros, pero siempre teniendo en cuenta que sobre lo que pivota todo es la promoción del libro y la lectura, y si no partimos de esa base de apropiación de colectivo, no se puede entender una biblioteca durante 25 años.

-Si echas la vista atrás, además de la participación ciudadana, ¿cuál es el principal cambio en estos 25 años?

-La tecnología, sin duda. La aplicación de la tecnología en todos los ámbitos es evidente, pero uno de los primeros en los que se ha aplicado es el de las bibliotecas siempre. Hoy en día no tiene nada que ver cómo se empezaban a hacer los préstamos a cómo se hacen ahora. Formamos parte del Sistema de Bibliotecas de Castilla y León, que nos garantiza una ventaja enorme a la hora de la gestión propia de lo que es la biblioteca, que nos permite también crecer. Es un éxito, incluso con las deficiencias que tiene, porque a pesar de tener como base legal de una ley que está obsoleta, ha sabido adaptarse a esas necesidades de los usuarios y es, junto con la aplicación de la tecnología, lo que nos permite dar este servicio público que es un derecho. Por ello, todas las personas han pasado alguna vez por la biblioteca.

-En esta evolución y adaptación a las necesidades de los usuarios, ¿el incremento se habrá dado en el préstamo de libros electrónicos y fondos audiovisuales?.

-Intentamos adaptarnos a esa realidad y a las necesidades y la cantidad de servicios que una biblioteca pequeña como esta podemos ofrecer a los usuarios gracias a esta Red de Bibliotecas de Castilla y León, que es abrumador, pero no puedes enfocar todo al mundo virtual porque no existe. Por eso seguimos apostando por la presencia física, el cuerpo a cuerpo es lo que sigue manteniendo la Biblioteca, sin duda. Otra cosa es que nosotros ofrezcamos servicios para acceder de manera más cómoda y ágil al libro y la lectura.

-La participación sigue siendo ejemplo en Villamayor, pero la implantación de la tecnología y el ritmo de vida que llevamos ¿Ha restado asistencia a la Biblioteca con el paso de los años?

-Aquí lo que cuenta y hace funcionar la biblioteca es el cuerpo a cuerpo, el cara a cara. Eso es indudable. Las actividades de cuentacuentos, de narración, de teatro, los clubes de lectura, las tejedoras, el que tengamos tan cercana la colaboración de los centros escolares y de Aspace, eso es lo que le da la vida a una biblioteca.

Si quisiéramos ofrecer todos los servicios por vía tecnológica, eso nos aislaría y lo que buscamos es precisamente lo contrario. Porque la lectura ya es una actividad muy íntima, individual y muy personal, pero en la biblioteca lo socializamos, porque si no socializas también la lectura, como sociedad tampoco vas a funcionar.

Estas bibliotecas pequeñas funcionan como un centro de referencia en el municipio y más al estar tan cerca de Salamanca, necesitas tener algo que te ancle, con lo que te identifiques y te sientas a gusto. Ese es el éxito, por eso es colectivo, porque yo ya puedo orientar, pero si no tuviera respuesta no se conseguiría nada.

Además, la Biblioteca sigue siendo la parte más amable de una Administración: es un ejercicio de confianza, tú te llevas un libro con la confianza de que lo vas a devolver, pero no se exige nada, ninguna documentación a ninguna persona. Y hay que tener en cuenta que aquí atendemos escolares, familias, adultos que vienen con una predisposición, pero todo son puertas abiertas.

Todo se convierte en que este trabajo colectivo que hemos hecho a lo largo de estos 25 años, sea muy amable también para mí, porque si no, trabajando solo, si no construyes ese entorno amable a través de los usuarios y los pequeños, pues no funcionaría. En 25 años te conviertes en un referente, en la cara conocida, porque tampoco es fácil estar de manera continuada todo este tiempo y hace que te conviertas también en un apoyo para muchas cosas y el cariño de niños y papás que vienen ya con sus hijos, es una satisfacción. Todo ello, garantiza la continuidad y esa estabilidad en este tiempo y hacen el trabajo muy amable.

-Si tuvieras que quedarte con un momento o un nombre propio a destacar en estos años, ¿cuál sería?

-La emoción impide que nos cuente uno de los momentos en la trayectoria de bibliotecario de Manuel y que ha sido una pérdida que le ha marcado no solo en su trabajo si no como persona.

-El equipo que has creado con las tejedoras, el club de lectura, actividades dinámicas y variadas en las que están implicados los colegios, Aspace y colectivos de Villamayor, ¿qué supone para la figura del bibliotecario?

-Es la satisfacción de ver que los usuarios se apropian de la Biblioteca, del continente. El contenido está bien que se lo lleven a casa y les ofrezcamos todos estos servicios, pero el continente es también muy importante, que se identifiquen con el edificio, con la Biblioteca como algo suyo, como su casa y convertirlo en centro de referencia, el que todos queramos utilizar la biblioteca y yo intento que sea muy amable. Es una satisfacción enorme ver que hay muchas personas que trabajan y se comprometen con estos objetivos de la biblioteca.

-¿Cuántos usuarios tiene actualmente la Biblioteca?

-Hablar ya de números es más complicado con el carné de Bibliotecas de la Red de Castilla y León, es más bien el servicio que ofrecemos, porque también actuamos como biblioteca comarcal, ya que entre Ledesma y Villamayor no hay ninguna, y también es su referencia para los usuarios de otros municipios o los chavales de otros pueblos que vienen aquí al instituto y para ellos esta es su biblioteca.

-¿Cómo ves el futuro de la Bibioteca?

-Es algo que me saca una sonrisa, porque aunque yo ya no estaré, me gustará pensar que la Biblioteca continúa y que las bibliotecas públicas siguen siendo necesarias. Yo creo muchísimo en el papel de las bibliotecas públicas y en el papel transformador que tienen. No es una educación formal lógicamente, nosotros tenemos nuestro ámbito, pero son absolutamente necesarias para garantizar el acceso a la cultura desde una forma democrática e igualitaria. Entonces, imagino que dentro de 25 seguirá adaptándose a las necesidades que tengan los usuarios, porque las bibliotecas siempre lo han hecho, se han ido adaptando y no se han quedado quietas nunca.

Y tengo claro una cosa, que no hay nadie imprescindible y eso es muy bueno. Es algo que también me saca una sonrisa cuando pienso en esta trayectoria de 25 años.

-¿Qué es lo que más satisfacción te aporta tu trabajo? ¿Los niños son los más agradecidos?

-Esa es la base de todo lo que necesitamos, esa formación, pero también cuando salen proyectos como las manifestaciones por la poesía o vestir la biblioteca, entre otros, eso es muy satisfactorio. Pero volvemos al objetivo: cuando realmente nos apropiamos de la Biblioteca y llega un momento en que mi papel sobra y el público se implica, son esos proyectos los que son chulos de recordar.

Es un trabajo muy chulo, se vive con ilusión y emoción la relación de tú a tú con la gente. Es un trabajo que va en dos direcciones, si hay una de ellas que no responde, por mucho que yo me empeñase no funcionaría. No es tanto mi implicación, sino que tienes que estar a la altura de lo que te ofrecen los usuarios también.

Ser bibliotecario en estos espacios es mucho más bonito aquí que en una ciudad, por la cercanía y la implicación personal, aunque a veces conlleva un coste emocional, que cuesta un poco, pero hay que estar muy agradecido a todos y en todos los sentidos.

-¿Qué mejoras crees que necesita la Biblioteca a nivel material y de infraestructuras?

-Tiene que ver no solo con lo que es la propia biblioteca, sino con los equipamientos culturales en nuestro municipio. Creo que Villamayor tiene que apostar por la cultura y eso sin infraestructuras tampoco se puede conseguir. Lo que se ha conseguido es mucho y tengo que estar agradecido también a lo largo de estos 25 años a las distintas corporaciones municipales, porque ha habido un respeto absoluto hacia la Biblioteca y agradezco que hayan tenido esa confianza conmigo.

Pero es verdad que nos tenemos que adaptar también en el ámbito de la cultura: un espacio para la Escuela de Música, un espacio para la biblioteca, que a veces se nos queda pequeña, y hay que planificar y pensar en el futuro y en grande. A mí me gustaría que antes de que llegasen esos momentos de esos 25 años más tuviéramos esas infraestructuras que consoliden a Villamayor como referente cultural y eso es lo que más me gustaría. Asentar Villamayor como referente cultural eso me encantaría, en todos los aspectos no solo en su espacio, y pensando en global es como entiendo también el desarrollo futuro de la biblioteca, la cultura como uno de los referentes en nuestro municipio.

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