Santa Marta afianza la fiesta de la Matanza Típica y se rinde al cerdo de 180 kilos

El alcalde de Santa Marta, David Mingo, con los cuatro Matanceros de Honor de este año.

Santa Marta ha desafiado al intenso frío y la lluvia al inicio de la mañana y ha celebrado la segunda edición de la Matanza Típica.

Numerosos vecinos se han acercado hasta la Isla del Soto para participar en el ritual de la matanza, siguiendo fielmente la tradición y cada paso de cómo desde el siglo pasado las familias mataban al cerdo para tener comida con la que abastecerse todo el año.

Así, desde primera hora, la organización ha ido a recoger al protagonista de la jornada, un cerdo de 180 kilos, que ha estado acompañado por el reparto de perronillas, aguardiente y vino dulce que las Águedas han repartido entre los asistentes que poco a poco han ido llegando.

A continuación, el cerdo ha compartido un lugar preferente y protagonismo con los Matanceros de Honor. El alcalde de Santa Marta, David Mingo, ha sido el encargado de nombrar e imponer el mandil, la boina y la medalla a Manuel Muiños, presidente nacional de Proyecto Hombre y Proyecto Hombre Salamanca; Jorge Moro, presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca; Rosario Álvarez, directora del Centro Ave María de Madres Solteras; y a Manuel Mesón, propietario de Meva Carnicerías, que ha sido el encargado de ejercer de matarife y realizar las labores de chamuscado y despiece del cerdo ante la atenta mirada del público y los numerosos niños que no han perdido detalle de una tradición que para ellos es algo más novedoso y que han podido ver de cerca y sentirse matanceros al tener la oportunidad de hacer la picada de la carne y elaborar los chorizos.

Poco a poco se han ido retirando las piezas y los distintos productos del cerdo que después se han sorteado entre las personas que han adquirido el ticket para la comida, en una mañana que ha estado amenizada por la música de la gaita y el tamboril de Angel Rufino ‘El Mariquelo’ acompañado por varios tamborileros, y con el maestro de ceremonias ‘Oli’, que ha ido relatando el proceso de la matanza del cerdo.

La jornada matancera de Santa Marta ha concluido con la degustación de más de 300 raciones de chichas y patatas meneás, que los comensales han compartido en la carpa instalada en la Isla del Soto y así generar los recuerdos de una gran familia en torno a la mesa cada invierno los días de matanza.

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