El alcalde de Santa Marta de Tormes, David Mingo, ha presentado en la Isla del Soto la primera fase del nuevo proyecto de turístico, ‘Los Bichos del Soto’. Una curiosa y llamativa iniciativa que busca ofrecer un atractivo más del municipio relacionado con la cultura, el arte y arte y que dejará en el municipio un total de ocho esculturas de gran formato que irán apareciendo en lugares estratégicos y de gran visibilidad.
La primera fase, que se ha presentado hoy y a la que se ha destinado una inversión de 17.000 euros, está formada por dos esculturas, un mosquito en la Plaza Mayor de Santa Marta, en la parte superior de la pérgola, y una libélula en una de las fachadas del Centro de Interpretación de la Isla del Soto. La incorporación de una de ellas en la Isla y otra en el casco urbano no es causalidad, ha explicado el alcalde, quien ha detallado que «siendo la Isla del Soto la puerta de entrada al municipio, y por la que pasan miles de personas semanalmente, sea un vehículo de conexión, generando diferentes iniciativas que resulten atractivas para la gente, invitarles a que sigan esta ‘ruta de los bichos’ que le traerá hasta el centro tradicional del municipio, donde están nuestros establecimientos de hostelería y comercio, nuestros museos y salas de exposiciones y nuestra ruta de arte mural».
Cabe destacar que las esculturas enriquecerán el patrimonio cultural del municipio, añadiendo un nuevo elemento de identidad. Están enmarcadas en el proyecto de Arte Emboscado que el Gobierno municipal comenzó a desarrollar hace unos años en la Isla del Soto y su entorno y que ahora se extiende hasta las calles y plazas de Santa Marta para crear un nuevo atractivo y punto de interés que «siga despertando la curiosidad de la gente para visitarnos, distinguiéndonos como un municipio diferente y que apuesta por el arte contemporáneo como elemento dinamizador, que a través de estas nuevas rutas generemos atracción y movimiento hacia el casco tradicional», ha finalizado el alcalde.
En esta nueva fase, las esculturas de insectos no solo se convierten en obras de arte por derecho propio, sino que también se integran perfectamente en el tejido urbano del municipio. Inspiradas en las criaturas que habitan la Isla del Soto, estas esculturas nacen en este ecosistema escapándose de su hábitat natural para explorar las calles de Santa Marta.
Esculturas de gran formato
Ambas esculturas tienen unas dimensiones de tres metros de largo por dos metros de alto y están realizadas en fibra de vidrio utilizando formas geométricas simples en su diseño, volúmenes suaves, coloridos y de carácter afable, creando una imagen mágica, lúdica y accesible para el público todos los públicos, especialmente el infantil.