Las fiestas de San Blas han continuado por la tarde con una de las citas habituales en Santa Marta, la cita con el teatro. Jes Martin´s ha reunido a un centenar de personas de el auditorio Enrique de Sena para disfrutar de su espectáculo ‘Batallitas’. A continuación el relevo y el protagonismo ha sido para las Águedas, que se siguen cumpliendo con una de sus tradiciones más arraigadas y singulares: la Quema de Quinciano.
Desde las 20:00 horas se han reunido en el Edificio Sociocultural para degustar un chocolate caliente y combatir el frío de la velada, que también han podido mitigar con el calor de las llamas con las que poco después han visto arder al muñeco o pelele que representa al malvado gobernador que torturó y amputó los pechos a la que luego fue declarada Santa Águeda.
Este pelele ha sido elaborado por las Águedas con una cabeza de corcho con peluca, una estructura de palos, para que se mantenga firme, y un relleno de espuma, al que después visten con la ropa que van trayendo las mujeres, por lo que esta singular representación del malvado Quinciano, tiene cada año un aspecto diferente.
Justo después de Reyes, al finalizar las celebraciones navideñas, las mujeres se reúnen para empezar a perfilar todos los detalles de sus fiestas grandes, detallando también la elaboración de Quinciano.
Como ha recordado Carmen Vicente, «es una tradición que aquí conocemos desde siempre y que yo solo he visto en Santa Marta, aunque no sé si se celebra en otros lugares. Es un acto inofensivo que está muy arraigado en la localidad». Un acto en el que las llamas han ido devorando poco a poco a Quinciano hasta convertirlo en ceniza al son de la música tradicional de Ángel Rufino ‘El Mariquelo’ y los bailes y cánticos de las Águedas.