El Ayuntamiento de Salamanca ha comenzado la campaña de prevención de la oruga procesionaria para anticiparse a los meses cálidos, cuando este insecto comienza a bajar al suelo y puede provocar problemas en la salud urbana.
Este insecto pasa todo el invierno en grandes bolsones en lo alto de pinos y comienza a bajar en febrero, por lo que la prevención de esta plaga es esencial para evitar que las orugas entren en contacto con las personas. Asimismo, los inviernos cada vez más templados y la ausencia de lluvias en estos últimos meses hace presagiar una temporada con mayor incidencia que la media. Por este motivo, el Ayuntamiento de Salamanca inició en septiembre la campaña de prevención de este año con un primer proceso centrado en endoterapia, inyectando a los árboles susceptibles de esta ‘colonización’ sustancias de forma localizada que sirven para nutrirlos y combatir a las larvas cuando aún son pequeñas.
Durante esta campaña se han tratado con este método los cedros y pinos de 17 zonas verdes de Salamanca como el Parque de la Alamedilla, el Parque de los Jesuitas, el Parque de la Chinchibarra o el de Las Musas que, de otro modo, podrían haberse visto afectados a causa de esta oruga que los debilita y provoca la pérdida de hojas.
Durante los primeros meses del año, se lleva a cabo una segunda fase de este proceso y el servicio municipal está colocando trampas específicas para esta especie en árboles de difícil acceso o con mucha altura, que consisten en instalación de unos anillos que abrazan el tronco del árbol y evitan que las orugas lleguen al suelo al quedar atrapadas por el sistema.
La tercera medida de actuación directa de prevención es la eliminación de bolsones con camión cesta y la eliminación de los mismos en aquellos pinos en los que es posible el acceso al nido.