La Escuela de Hostelería de Santa Marta supera el reto de afrontar un programa pionero de formación y empleo con un fondo social

El novedoso proyecto de formación y empleo AFE ‘Comedor Social y producción km.0’ que se desarrolla en Santa Marta, y que es la primera vez que el Servicio Público de Empleo (Ecyl) concede a un organismo local dos familias profesionales de estas AFE, ha supuesto un nuevo reto para la Escuela Municipal de Hostelería.

Una iniciativa en la que, al objetivo de la formación para el empleo que es el eje de la Escuela, como reconoce el director de la Escuela, José Luis García, «formar a personas desempleadas en una profesión y capacidades para el empleo, lo original ha sido que un taller de empleo tenga una función social en el municipio, aunque la Escuela siempre ha tenido una repercusión para el municipio por las actuaciones que se realizan, pero que en este caso lo importante es que se actúa sobre personas, dando de comer cada día a 20 personas vulnerables de Santa Marta», ha insistido García.

La AFE ‘Comedor Social y producción km.0’ es el resultado de la gestión realizada «que ha supuesto la unión de sinergias y recursos que tiene el Ayuntamiento gracias a las instalaciones que tenemos: el vivero, el huerto y sobre todo las instalaciones de la Escuela de Hostelería», como han manifestado el alcalde de Santa Marta, David Mingo, y el director de la Escuela, José Luis García. En este sentido, el ‘alma mater’ del centro ha querido resaltar «la eficiencia del Ayuntamiento en buscar un programa con unas dotaciones de las que ya disponía y potenciarlas y, además, aplicar criterio a las cosas, de lo que ha salido algo muy bueno». El proyecto cuenta con una subvención de 350.000 euros «que se van a destinar íntegramente a los sueldos de los trabajadores y al producto».

La experiencia está siendo tan satisfactoria que ya es un «modelo de éxito que desde el Ecyl están intentando exportar a otros lugares».

Desarrollo del programa

Para el desarrollo de esta acción formativa es fundamental el taller de producción vegetal que se desarrolla en el recuperado vivero municipal. A partir de ahí, comienza la labor del taller de cocina en la Escuela, donde se forman otras nueve personas, que reciben los productos vegetales de la huerta para transformarlos en la cocina. «Un sector muy demandado porque hay mucha necesidad de personal». Desde ahí, se llega al último paso, tras obtener el producto que primero se saca de la tierra y que después se transforma en la cocina, finalmente sirve para que se esté dando de comer a 20 personas vulnerables del municipio.

Aspecto que el director de la Escuela ha querido destacar: «La función social es muy importante, porque hay gente que tiene verdaderas necesidades y no es solo comer por comer, sino que les ofrecemos una dieta saludable y equilibrada, comen un menú con productos naturales elaborado por profesionales que dirigen a los alumnos».

Continuidad

La intención tanto de los responsables municipales como de la Escuela de Hostelería es darle continuidad a este programa, el problema es la dotación económica que requiere para sustentarlo. Dificultades «porque el Ayuntamiento no tiene recursos para destinar 400.000 euros a un programa así. En estos momentos, estamos en intentar darle continuidad siempre que la Junta nos ayude, porque sin ella, esto no habría salido adelante».

Por ello, la intención por parte del Ayuntamiento «es pedir la continuidad de esta acción formativa, o si no, a través de alguno de los otros programas de formación (FOD), intentar ver cómo dar viabilidad a la continuidad del proyecto», ha concluido el alcalde.

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