Salamanca ha homenajeado al abogado que fuera decano del Colegio Oficial de Salamanca y presidente del Consejo del Colegio de Abogados de Castilla y León, Fernando García-Delgado García, con una inscripción en la esquina de la calle Caldereros con la Plaza de Colón, junto a la sede de los letrados salmantinos.
En el acto, junto a familiares y amigos del homenajeado, participaron el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega Benito; y el actual decano del Colegio de Abogados de Salamanca, Javier Román.
García Carbayo destacó que Fernando García-Delgado fue una persona comprometida con la profesión y con sus compañeros en la defensa de sus intereses, con presencia cercana y perseverancia en todos los ámbitos, local y provincial, autonómico y nacional.
De su carácter fundador, el alcalde recordó la actual sede del Colegio de Abogados, «desde la que la representación colegial ejerce tan dignamente sus responsabilidades. Muy bien situada, al lado mismo de los Juzgados. Diríase que supo poner las cosas en su sitio». Como también lo hizo cuando trajo a Salamanca el VIII Congreso General de la Abogacía en 2003, «porque por tradición y prestigio, esta ciudad se merecía acoger a todos los abogados españoles».
García Carbayo subrayó igualmente el compromiso docente de Fernando García-Delgado, transmitiendo así en la Universidad que lo formó el talento que atesoraba. Y de su ejercicio profesional, resaltó una trayectoria profesional «fecunda e impecable, supo ganarse el cariño y respeto de todos».
Trayectoria en la que la colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca fue constante, destacando los acuerdos sobre mediación concursal, los programas de asesoramiento a las personas mayores o las conferencias en los centros educativos “para sembrar la semilla del ejercicio de la abogacía en los corazones de nuestros niños”.
Por estos motivos, concluyó el alcalde, «la sociedad debe reconocer la valentía y el compromiso de las personas que deciden dar un paso al frente en defensa de su colectivo y asumen la responsabilidad de dirigir sus corporaciones, porque rinden un servicio público impagable a los ciudadanos. Debe recordar a los profesionales que ejercen su profesión, en este caso la abogacía, con entrega infinita. Y debe honrar a los vecinos que con su trabajo sirven y dignifican a su ciudad y a su familia».