El Ayuntamiento de Salamanca ha comunicado la prórroga, hasta el 31 de diciembre, de la cesión del Albergue Juvenil Lazarillo de Tormes para la acogida de las 60 personas refugiadas procedentes de Ucrania.
El Consistorio, dadas las necesidades de emergencia humanitaria surgidas como consecuencia de la invasión de Ucrania, asumió los costes derivados de los contratos de catering, limpieza, lavandería y ludoteca, lo que ha supuesto un gasto de 210.000 euros. Posteriormente, los servicios han sido asumidos gradualmente por Accem, entidad delegada del Gobierno en Castilla y León para la llegada de las personas refugiadas procedentes de Ucrania. De hecho, tras seis meses de gestión municipal, Accem se hace cargo desde el día 21 de septiembre de los principales servicios prestados a los ucranianos alojados en el Albergue Juvenil Lazarillo de Tormes.
El Ayuntamiento de Salamanca, a través del área de Familia e Igualdad de Oportunidades, mantiene la ayuda prestada a las personas refugiadas a través de ayudas de emergencia social, la gestión para localizar pisos de alquiler a quienes desean continuar en la ciudad, así como facilitar su inserción laboral a través del Centro de Empleo y Formación Laboral (CEFOL).
En el mes de marzo, con la llegada masiva de personas refugiadas a España, se alojaron en el albergue 73 personas, a las que se unieron 16 más alojadas en Proyecto Hombre-Fundación Alcándara. Al margen de gestionar los servicios de alojamiento, manutención y lavandería, desde el Consistorio se realizaron las gestiones para facilitar asistencia psicológica a estas personas, clases de español gracias al ofrecimiento de la Universidad Pontifica de Salamanca, así como actividades de ocio en la ludoteca habilitada en el propio albergue.
La voluntad del Ayuntamiento de Salamanca ha consistido desde un primer momento en prestar toda la ayuda necesaria para la inclusión integral de estas personas en nuestra ciudad. Así, más allá de los servicios básicos se han llevado a cabo numerosas acciones encaminadas a la inclusión social y educativa. Entre estas acciones, se han llevado a cabo entrevistas para conocer las expectativas profesionales de las personas refugiadas en función de sus perfiles para proporcionar el itinerario de inserción laboral más adecuado a cada una de ellas.