La Casa de María la Brava será la sede de la Casa de la Ciencia para convertir a Salamanca en centro de divulgación científica e investigadora a nivel internacional

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino; y el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga Moreno, han firmado el acuerdo para la creación de la Casa de la Ciencia en Salamanca.

La colaboración interinstitucional público privada permitirá la creación de la Casa de la Ciencia en Salamanca, que se ubicará en un edificio histórico del siglo XV como es la Casa de María la Brava situada en la céntrica plaza de Los Bandos.

La Casa de María La Brava se convertirá en un nuevo espacio cultural de divulgación científica e investigadora gracias al acuerdo firmado en la mañana de hoy miércoles en el Ayuntamiento de Salamanca por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo; la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Eloísa del Pino; y el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga Moreno. Todos han coincidido en la relevancia de esta colaboración público-privada «como nuevo motor para el impulso del conocimiento científico».

«Este proyecto, de gran alcance y relevancia, pretende convertirse en motor de la cultura científica en la región y en un modelo de gestión a nivel nacional e internacional», como ha reconocido el alcalde de Salamanca. Asimismo, García Carbayo ha insistido en que la firma de este protocolo «es un paso relevante en esta dirección y un instrumento que aportará mayor visibilidad a la labor investigadora que se lleva a cabo en Salamanca».

En este sentido, ha recordado la apuesta en el ámbito científico: «Creemos en el talento de nuestros universitarios y nuestros centros de investigación y tan importante es creer y apoyar a los investigadores cualificados como a los emergentes y a crear cantera».

El objetivo principal de la nueva sede «es crear un referente internacional de divulgación científica desde Salamanca«, una ciudad de tradición humanista que destaca por su patrimonio histórico y su oferta cultural, como ha señalado la presidenta del CSIC. Esta meta se suma a los retos con los que nace este nuevo espacio de ciencia y cultura como son, entre otros, crear una oferta cultural para el público general, aumentar la visibilidad del CSIC, acercar el trabajo de los investigadores a la sociedad, favorecer la internacionalización de los proyectos o servir como punto de unión entre los diferentes centros de investigación.

Por su parte, la presidenta del CSIC ha querido destacar que la divulgación científica y la cultura científica son un objetivo «trascendental» para el CSIC «y más en estos momentos, en un contexto de covid y de crisis energética en los que no se pueden desarrollar proyectos sin colaboración de la ciudadanía». Por lo que la Casa de la Ciencia de Salamanca «va a ser un proyecto emblemático en Castilla y León», ha insistido Del Pino, quien ha recordado las 11.000 actividades de divulgación científica realizadas, con una inversión de 5 millones de euros y más de 1,5 millones de personas que pasaron por las Casas de la Ciencia existentes en el país.

Para trasladar la ciencia a la sociedad, el nuevo centro, de cuatro alturas y con una superficie útil remodelada de 1.282 metros cuadrados, contará con una programación anual que tomará protagonismo en la planta baja de la Casa de María la Brava, con una sala para exposiciones permanentes de 200 m2. Las exposiciones permanentes se combinarán con muestras temporales ubicadas en la primera planta, donde un espacio de más de 150 m2 acogerá eventos nacionales e internacionales, como el ‘Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia’ o el ‘Día Internacional de la Cultura Científica’, entre otros.

A todo ello se sumarán programas transversales de calidad que perseguirán conectar con públicos más concretos, como la labor del ‘Árbol de la Ciencia’ que acerca los proyectos del CSIC a la ciudadanía; y alcanzar propósitos específicos, como el programa de ‘Fomento de Vocaciones Científicas’, que busca despertar el interés por la ciencia entre los más pequeños.

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