La Universidad de Salamanca ha inaugurado en la mañana de hoy la exposición ‘Nebrija, el ideal humanista’, para celebrar el quinto centenario de la muerte del autor de la primera gramática castellana en 1492. Un acto que ha contado con la presencia del rector de la Universidad de Salamanca; Ricardo Rivero; la viceconsejera de Acción Cultural de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho; la directora del CIE, Nieves Sánchez; los comisarios y profesores de la Universidad de Salamanca, Juan Antonio González y Francisco Javier Rubio; y del director del SAC, Luis Barrio.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 29 de enero de 2023, se despliega según un criterio cronológico, aunque se detiene en los focos temáticos más atractivos. La trayectoria vital de Nebrija queda enmarcada en las líneas maestras de la Historia, lo que permite al espectador seguir con nitidez un cambio de época, según explicó el profesor Juan Antonio González Iglesias, comisario de la exposición junto a Francisco Javier Rubio Muñoz y José J. Gómez Asencio, tristemente fallecido.
El recorrido por la vida universitaria salmantina en los siglos XV y XVI supone también una inmersión en la cultura europea del momento. Aunque el sistema de las cátedras configuraba una ideal «república de sabios», los estudiantes tenían un papel muy activo (que en distintos momentos actuó a favor y en contra de un profesor radicalmente innovador como Nebrija).
Así, están representadas todas las etapas biográficas del protagonista: sus orígenes andaluces, su formación en Salamanca y en Bolonia, su(s) retorno(s) a Salamanca, sus relaciones con los poderosos, su estancia extremeña y, tras su amarga marcha de nuestra universidad, su epílogo, también fructífero, en la de Alcalá.
Profunda transformación
La exposición, producida por el Servicio de Actividades Culturales y el Centro Internacional del Español de la Universidad de Salamanca, describe la profunda transformación que Nebrija imprimió a la docencia e investigación universitarias en general porque actualizó con criterios modernos el código de conocimiento, que no era otro que la lengua latina, liberada por él de las limitaciones medievales. Esa aventura magnífica es la que asignó a su dedicación de gramático. Por eso su nombre está en la historia universal del lenguaje. También en la historia del libro y de la imprenta.
La Universidad de Salamanca honra una vez más el legado universal de este humanista, acercándolo al gran público. Salamanca guarda también la memoria de los espacios que frecuentó el nebrisense. Las Escuelas Menores (o las Mayores, el Patio de Escuelas y la calle Libreros) deben recorrerse como parte de la exposición, porque también fueron parte de la vida diaria de Nebrija.