El Ayuntamiento de Santa Marta ha concedido de nuevo una subvención de 7.5000 euros al centro Aver María de Madres Solteras ubicado en la localidad. Con este ayuda el Consistorio continúa su apoyo a una labor que se centra en la inserción social de jóvenes embarazadas o madres en peligro de exclusión social.
La aportación económica es parte de la colaboración constante entre ambas instituciones que, como explicó la responsable del área Mari Cruz Gacho, “siempre han tenido un trato muy cercano y muy familiar”. Una relación muy estrecha a la que también aludió durante la firma del convenio la directora del centro, Rosario Álvarez: “Contar con instituciones que comprendan la obra para nosotros es fundamental y yo quiero presumir que este Ayuntamiento sí la entiende, que van más allá de la política y que tienen una sensibilidad hacia el centro que nos demuestran en cualquier iniciativa o en cualquier conversación”.
La subvención –que el año pasado aumentó su cuantía- se destinará a sufragar en parte los gastos de funcionamiento del Centro Ave María de Madres Solteras que en la actualidad trabaja con 13 jóvenes y 15 niños. Concretamente se emplearán en los gastos derivados del uso de la calefacción y de la electricidad de forma que el Ayuntamiento de Santa Marta contribuya de alguna manera a paliar las necesidades sociales y la atención inmediata de las madres solteras del municipio conforme al programa “Recurso residencial para mujeres con hijos menores a cargo en grave riesgo de exclusión”.
Desde la concejalía de Bienestar Social el interés por la situación del centro así como el apoyo a profesionales y usuarias ha sido constante, como resaltó la edil del área: “Siempre nos interesamos por cómo están las chicas y cuando hacemos cualquier proyecto las tenemos presentes, además les ofrecemos programas o cursos para que se integren”.
El Centro Materno Infantil ubicado en el camino Carbajosa de Santa Marta de Tormes se creó en 1949, y presta servicio de forma ininterrumpida a mujeres gestantes o con hijos menores a cargo carentes de recursos y con grave riesgo de exclusión social.
“Aunque es verdad que cuando vienen las chicas carecen de recursos, el trabajo que hacemos aquí va más allá de querer solucionar su problema económico, ya que para nosotros es mucho más importante ayudarles a ser personas, devolverles su dignidad y transmitirle esperanza, un camino que a veces es difícil”, concluyó Rosario Álvarez.