La Asociación Salamanca Memoria y Justicia en colaboración con el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH) ha acogido este mediodía la ceremonia de entrega de los restos de siete personas procedentes de una exhumación llevada a cabo en el municipio salmantino de Castillejo de Martín Viejo, cercano a Ciudad Rodrigo.
En el acto, presentado por el director del CDMH, Manuel Melgar, han estado presentes las siete cajas con los restos exhumados, y ha contado con la presencia e intervenciones del secretario general de la Consejería de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior de la Junta de Castilla y León, José Miguel García García; la presidenta de Salamanca Memoria y Justicia, Luisa Vicente; la directora de la exhumación y miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Lourdes Herrasti; y Juan Luis López Rubio, sobrino de Silvestre López López, la única persona identificada de las siete.
La Asociación Salamanca Memoria y Justicia ha promovido esta exhumación y se ha encargado de las investigaciones y los trámites necesarios y ha sido la Sociedad de Ciencias Aranzadi la responsable de los trabajos de exhumación, que ha contado con una subvención de la Junta de Castilla y León.
Durante la ceremonia, se han entregado los restos de la única persona identificada, Silvestre López López, de Ciudad Rodrigo, por haber podido cotejar sus restos con el ADN de un sobrino..
Otras tres personas han sido identificadas como Ángel Cerezo Hernández, Vicente Díaz Sáez y Antonio García Herrero, vecinos y naturales de Ciudad Rodrigo, aunque no se ha podido saber quién era quién por no haber aparecido familiares con los que poder cotejar el ADN. Al igual que los restos de una cuarta persona, de la que se sabe que se llamaba Antonio Campano Rodríguez, conocido como el ‘Confitero’, procedente de un pueblo de Zamora. Los restos de estas cuatro personas serán llevados a un nicho cedido por el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.
Los restos de las otras dos personas serán inhumados en el Memorial del Cementerio de Salamanca a la espera de poder conocer su identidad. No se han podido localizar sus nombres en los documentos de la época y tampoco han aparecido familiares con los que poder cotejar su ADN.
