La quema de la hoguera de San Juan para cumplir con la tradición de quemar y ahuyentar los malos augurios, renovarse y atraer los buenos sentimientos y pensamientos ha sido el objetivo de la celebración de la noche más corta del año.
La gran montaña de maderas, enseres y residuos acumulados en la parcela situada en la trasera del Centro de Ocio y Deporte comenzó a arder, bajo el control y la supervisión de los voluntarios de Protección Civil, que también se encargaron de recoger los papeles de los vecinos para quemar y deshacerse de las cosas malas.
Mientras la hoguera ha ido poco a poco reduciéndose a cenizas, el Ayuntamiento ha invitado a sangría a todos los asistentes al ritmo de la música de la charanga, Una degustación prevista para 400 personas de la que han dado buena cuenta los numerosos vecinos que han decidido trasnochar para disfrutar de esta mágica noche.