La UPSA pone en marcha la Unidad de Detección del Deterioro Cognitivo Leve para promover el envejecimiento activo en los mayores de 60 años

Consulta de la Unidad de la Memoria de la UPSA.

La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), en colaboración del Ayuntamiento de la ciudad, pone en marcha la Unidad de Detección del Deterioro Cognitivo Leve (DCL) en el marco del programa de investigación sobre vulnerabilidad al DCL en población mayor, con el objetivo de evaluar, de forma precoz, indicadores de vulnerabilidad a desarrollar este trastorno en personas mayores de la ciudad.

La nueva Unidad se ha creado gracias al acuerdo firmado entre la Facultad de Psicología y la Concejalía de Mayores del Ayuntamiento de Salamanca para promover el envejecimiento activo e investigar sobre las estrategias eficaces detección (de despistaje y derivación a unidades especializadas) y de intervención preventiva (talleres de estimulación de la memoria).

Cualquier persona mayor de 60 años empadronada en Salamanca puede solicitar la participación en los Talleres de memoria, previa inscripción en las dependencias de la Concejalía de Mayores. Además, pueden solicitar la atención en la Unidad de la Memoria, con fines de investigación de cribado del DCL. Esta unidad está ubicada en la Facultad de Psicología de la UPSA (cale Compañía nº 5) y la solicitud de cita debe realizarse llamando previamente al 923 277 100 (Extensión 7602). También pueden escribir un correo electrónico solicitado cita previa en unidadmemoria@upsa.es.

Beneficios de la evaluación precoz del deterioro cognitivo

La nueva Unidad de la UPSA, integrada por el director de la línea de investigación y catedrático Antonio Sánchez Cabaco, y las neuropsicólogas Rosalía García y Paula Prieto, tiene como objetivo evaluar de forma precoz a los mayores, participantes en los ‘Talleres de memoria’, a los que se les realizarán pruebas correspondientes de detección y evaluación. También podrán acceder a esta Unidad personas mayores a petición del propio Ayuntamiento. Para prevenir este problema, los mayores de 60 años de la ciudad pueden acudir al servicio gratuito si persisten casos de pérdida de memoria, lenguaje, atención o dificultad a la hora de tomar decisiones cotidianas.  

A todas las personas que acuden a la unidad se les aplica un protocolo estandarizado formado por diferentes pruebas y escalas de tamizaje con los que se consigue evaluar las funciones cognitivas y ejecutivas. También se recoge la información de los familiares o cuidadores, para obtener una información completa de la biografía del adulto mayor.

Los especialistas ofrecen una serie de pautas y recomendaciones a los mayores y sus familiares. También, en los casos específicos que sea necesario, se recomienda la confirmación del diagnóstico con una valoración neuropsicológica completa, así como con otras pruebas (de neuroimagen y marcadores biológicos), que deben realizarse en servicios  especializados del sistema de salud.

Los familiares, claves para facilitar la detección temprana

Los familiares son claves para remitir a los mayores a la nueva Unidad si notan una acusada pérdida de memoria de la persona con la que conviven o un cambio inusual del comportamiento. También han de estar en atentos ante dificultades para encontrar palabras al hablar y de cálculo mental cuando e incluso si se observa que presenta problemas en la toma de decisiones cotidianas. Es muy importante detectar, en las fases más tempranas, un posible caso de DCL, e incluso descubrir causas reversibles (falsos DCL) como la depresión

Consejos para ejercitar la memoria y evitar su deterioro temprano

Sánchez Cabaco, director del proyecto de investigación en el que se inserta la Unidad de Detección del DCL, aconseja tener un estilo de vida activo y saludable con una buena alimentación y la práctica de actividad física, de acuerdo a sus condiciones personales. “La estimulación cognitiva es una fuente de neuroprotección importante que se consigue evitando el aislamiento social y realizando ejercicios de memoria como pasatiempos o juegos de palabras”, indica. Igualmente, el experto considera la lectura como uno de los elementos que más contribuye a la reserva cognitiva porque en situaciones de vulnerabilidad “actúa como amortiguador de la pérdida de memoria”, apunta. Las publicaciones recientes del grupo de investigación avalan la interdependencia de claves de reserva cognitiva, física y motivacional (sentido de la vida) como potenciadoras de un envejecimiento saludable.

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