La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) urge a la Junta de Castilla y León que revise y asegure la retirada inmediata de los lotes de mascarillas FFP2 que contengan grafeno, que ha utilizado algún fabricante asiático. Se trata de una sustancia que podría propiciar efectos y daños pulmonares, según algunos indicios.
“Una notificación de la Gerencia Regional de Sanidad y circulares de las gerencias provinciales ya han solicitado su retirada, pero en el día de ayer, centros de salud y servicios hospitalarios aún no tenían la información suficiente”, según CSIF.
El grafeno es un material compuesto de átomos de carbono muy utilizado en diversas industrias por sus propiedades, como ser muy ligero y resistente. El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha informado de la alerta lanzada por el Ministerio de Salud de Canadá, que ha comprobado que el grafeno se ha usado en la composición de la fabricación de algunas mascarillas, por lo que considera que existe la posibilidad de que los usuarios inhalen partículas de ese producto, algo que puede suponer un riesgo de toxicidad pulmonar. e está a la espera de una evaluación científica completa y detallada.
Ante la alerta aparecida, CSIF reclama a la Junta de Castilla y León que “se informe e informe adecuadamente y con transparencia a los comités de Seguridad y Salud Laboral sobre estos riesgos, paralizando el uso o distribución de las mascarillas que contengan grafeno”. Aunque Sacyl no las ha adquirido, sí han llegado a través de Ingesa.
“No es la primera vez que no se presta la atención suficiente a la calidad del material que se entrega a los trabajadores, y que afecta a su salud. El año pasado, en abril, también estábamos denunciando el uso de mascarillas defectuosas, que no protegían del contagio del Covid-19 suficientemente”, indica CSIF.
Este sindicato pide a los profesionales que comprueben si las han usado y que informen de ello; y a Sacyl que realice controles y revisiones, por los posibles riesgos de toxicidad pulmonar del grafeno. CSIF sí aclara que, en esta ocasión, la mascarilla sí es efectiva como EPI, y es una barrera efectiva contra el contagio la Covid-19.
Los riesgos de salud por el grafeno pueden afectar al conjunto de los usuarios y ciudadanos, que usen y adquieran mascarillas con esa sustancia, por lo que CSIF pide a la Junta “que tome medidas para proteger a los consumidores, en general, y evitar que se puedan vender”, ya que los profesionales de Sanidad, y también los propios ciudadanos, “lo mínimo que esperan es que el material de protección que usan contra la Covid-19 reúna los requisitos y la seguridad suficiente”, insiste.
En el día de ayer, las mascarillas con grafeno se estaban utilizando “ampliamente” en numerosos servicios y hospitalarios y de Atención Primaria de diversas provincias, como Ávila, León, Palencia, Salamanca, Segovia o Valladolid, si bien la Administración ya estaba informando e instando a su retirada. En el caso de Soria y Zamora, al parecer, no se habían repartido aún a los profesionales.