La Noria de Sangre de Huerta Otea amplía el patrimonio etnográfico y los recursos turísticos de la ciudad

El Ayuntamiento de Salamanca continúa poniendo en valor el patrimonio de la ciudad con la recuperación de la Noria de Sangre ubicada en la margen derecha del río Tormes, que pasará a formar parte de las nuevas rutas naturales y etnológicas de la ciudad.

La restauración de la Noria de Sangra ha supuesto una inversión de 50.000 euros para el Consistorio salmantino y está enmarcada en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI) Tormes+, que en total cuenta con un presupuesto en torno a 24 millones de euros, cofinanciados por los fondos FEDER y el Ayuntamiento de Salamanca gracias a las políticas de cohesión de la Unión Europea para la regeneración urbana, medioambiental y sociocultural de los barrios trastormesinos de la ciudad.

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, ha destacado «el impulso municipal a la generación de nuevos recursos turísticos asociados al medio ambiente, dentro de Savia Red Verde, la Estrategia de Infraestructura Verde que integra la naturaleza en el patrimonio histórico para ofrecer a los ciudadanos espacios más amplios y saludables».

Esta actuación forma parte de un conjunto etnológico con la recuperación de la Fábrica de la Luz, la rehabilitación de la pesquera de Tejares y la modernización de la pasarela peatonal anexa y se enmarca en el desarrollo del proyecto de corredores verdes en ambas márgenes del río Tormes con recorridos culturales y medioambientales en la ribera del Tormes a su paso por la ciudad. La restaurada Noria de Sangre estará incluida en las nuevas rutas naturales y etnológicas más allá del ámbito de actuación de la EDUSI Tormes+, pues enlaza con otras actuaciones de recuperación del patrimonio llevadas a cabo en los restos de otras norias en el Parque Fluvial.

Las obras de restauración han consistido en el desbroce y limpieza del entorno y del interior, además de los muros de mampostería, de acuerdo a la autenticidad y originalidad de la construcción, con la reposición puntual de mampuestos y ripios, y se han instalado señales informativas (accesibles también para personas con discapacidad) y una puerta de acceso para facilitar la visita al pozo y la acequia de la Noria de Sangre. Alrededor se ha recreado un espacio a modo de huerta con árboles frutales, manteniendo el espíritu funcional y productivo que tuvo este lugar.

Único vestigio del patrimonio etnográfico intacto

La Noria de Sangre fue encontrada intacta en el año 2013 durante un proceso de demolición de las construcciones situadas en suelo municipal, fue inventariada y protegida al reconocerse el alcance de sus valores culturales, ya que es uno de los hallazgos más relevantes del patrimonio etnográfico salmantino por estar intacta, sin haber sufrido ninguna intervención anterior que haya podido menoscabar sus valores de autenticidad. Es el único vestigio de la época en la que los ríos fueron centros económicos polivalentes de primer orden que acogían no solo industrias de transformación (textiles, batanes), sino también domésticas (lavado de ropa) o primarias como la agricultura (norias) o la pesca.

Uno de los elementos que pueden encontrarse en las márgenes del río son las ‘norias de tiro’ o ‘norias de sangre’, parte del conjunto de construcciones hidráulicas tradicionales que empleaban sistemas de tracción animal y se destinaban a la extracción de agua de la capa freática para el regadío de las huertas próximas. Eran muy abundantes en los alrededores de la ciudad y originalmente estaban dotadas de maquinaria de madera que, avanzado el siglo XX, fue sustituida por motores de bombeo.

La Noria de Sangre está ubicada en Huerta Otea, en la margen derecha del río Tormes.
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